Los desfibriladores en las residencias geriátricas
Las residencias para la tercera edad son lugares muy sensibles a disponer de un desfibrilador debido al perfil de sus usuarios. Consultados los datos del Instituto Nacional de Estadística de las defunciones según la causa de muerte del 2014, el 69% de las muertes con causa problemas del corazón se dieron en personas de a partir de 80 años.
La evaluación de riesgos de las residencias sería la siguiente:
- Usuarios con edad avanzada
- Personas con diferentes tipos de problemas de salud y medicaciones muy variadas
La normativa de desfibriladores en residencias de la tercera edad se reduce a la Comunidad de Cataluña:
- Cataluña, Decreto 30/2015, anexo III: Actividades residenciales públicas: aquellas en las que se desarrollan actividades de residencia o centros de día destinados a personas ancianas, con discapacidad física, sensorial, intelectual o con enfermedad mental, o aquellas en las que habitualmente haya usuarios que no puedan realizar una evacuación por sus propios medios y que dispongan de 100 o más plazas en conjunto no incluidas en el apartado A. Por tanto, el criterio se centra en las plazas destinadas a personas ancianas: si supera las 100 plazas, la residencia está obligada a tener un desfibrilador.
- Madrid, Decreto 78/2017, artículo 3: los centros residenciales de mayores de más de 200 plazas.
- Aragón: Decreto 30/2019, anexo V: Establecimientos de uso residencial en los que se desarrollan actividades de residencia o centros de día destinados a personas ancianas, con discapacidad física, sensorial, intelectual o con enfermedad mental, o aquellos en los que habitualmente haya usuarios que no puedan realizar una evacuación por sus propios medios y que dispongan de 200 o más plazas en conjunto.
- Navarra: Decreto Foral 6/2019, artículo 3: Residencias y centros de día de mayores con discapacidad de más de 100 plazas.
En el País Vasco, Canarias, Valencia Extremadura, Cantabria, Asturias y Andalucía no se mencionan dichos centros, aunque establece obligación a disponer de desfibrilador para otros centros.
Es importante que en este caso la formación la reciba todo el personal, ya que son lugares muy sensibles a padecer una parada cardiorespiratoria.