En el ámbito laboral, garantizar la seguridad de los trabajadores incluye estar preparados para responder ante emergencias médicas, como una parada cardiorrespiratoria (PCR). Según la Nota Técnica de Prevención (NTP) 1062, publicada por el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST), en Europa ocurre una PCR cada 45 segundos, siendo crucial una respuesta inmediata. Esta guía y la NTP 458 refuerzan la obligación empresarial de establecer una estructura sólida de primeros auxilios, incluyendo la incorporación de desfibriladores automáticos (DEA) cuando sea pertinente.
Obligaciones legales y organización de primeros auxilios
La Ley de Prevención de Riesgos Laborales (Ley 31/1995) establece en su artículo 20 que las empresas deben:
- Analizar posibles situaciones de emergencia.
- Adoptar medidas necesarias en primeros auxilios, evacuación e incendios.
- Designar y formar a personal encargado de estas tareas.
Además, el Real Decreto 486/1997 especifica requisitos mínimos para disponer de materiales y locales adecuados. Para entornos laborales con riesgos bajos, como oficinas, se recomienda al menos un socorrista por cada 50 trabajadores por turno, incrementando esta cifra según el nivel de riesgo.
Desfibriladores: Una herramienta clave
Según la NTP 1062, los desfibriladores externos automáticos (DEA) son dispositivos que pueden salvar vidas ante una fibrilación ventricular, la causa más común de parada cardiorrespiratoria. El uso de un DEA incrementa significativamente las probabilidades de supervivencia, pero su eficacia decrece un 10% por cada minuto que se retrase su utilización. Aunque no es obligatorio en todas las empresas, la decisión de incorporar un DEA debe basarse en:
- Riesgos asociados a la actividad empresarial.
- Tamaño de la plantilla.
- Proximidad de servicios médicos.
Los desfibriladores son fáciles de usar tras una breve formación, ya que proporcionan instrucciones claras al usuario.
La cadena de supervivencia y la formación en RCP
La NTP 1062 enfatiza que todos los trabajadores deberían estar informados sobre maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) y la conducta PAS (Proteger, Alertar, Socorrer). En una emergencia:
- Proteger: Garantizar un entorno seguro para el accidentado y el socorrista.
- Alertar: Notificar a los servicios de emergencia, proporcionando información detallada.
- Socorrer: Realizar maniobras de RCP hasta que lleguen los servicios especializados.
La RCP incluye compresiones torácicas efectivas (100-120 por minuto y de 5-6 cm de profundidad) combinadas con ventilaciones si es posible, y el uso del DEA en cuanto esté disponible.
Beneficios de un programa integral de cardioprotección
Contar con una estructura de primeros auxilios bien organizada, que incluya desfibriladores y formación en RCP, no solo cumple con la normativa, sino que también protege el activo más valioso de cualquier empresa: sus trabajadores. En nuestra empresa, ofrecemos un servicio integral que incluye:
- Instalación y mantenimiento de desfibriladores.
- Formación en RCP y uso de DEA.
- Asesoramiento para cumplir con la normativa y proteger la salud en el entorno laboral.
Estar preparados puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte en una emergencia. ¿Tu empresa está lista para salvar vidas?
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